LA BURBUJA FUTBOLERA
Antes de
comenzar quiero manifestar que, como cualquiera, tengo un particular punto de
vista respecto del futbol de élite.
A partir de
ahí, quienes discrepen de lo que digo más adelante, que no se lo tomen como una
afrenta, sino como una opinión adicional sobre un debate más, de tantos que hay
en la vida. Lo digo porque el futbol es un tema muy sensible.
He jugado
al futbol y lo considero un deporte que aunque requiere un rival, me gusta
mucho verlo y es sano de practicar. Y me gusta diferenciar un juego bueno de un juego malo. Y me parece
bien que haya 500.000 fichas de practicantes de este deporte en España.
Pero para
mi el “futbol de élite” no es un DEPORTE, aunque los medios de comunicación lo
vendan con ese nombre.
Para mi deporte
es la práctica de una actividad física como acción saludable, y el hecho que su
práctica conlleve o no competición, me resulta secundario.
Para mi el
futbol de élite es un ESPECTACULO, que como cualquier otro debería ser pagado solo por aquellos que libremente
quieran gastar su dinero en ello.
Sin embargo
la realidad de este espectáculo nos dice otras cosas:
-
Físicamente,
es poco saludable porque deja aparcados en el sofá a millones de personas.
-
Síquicamente,
es poco saludable porque mediante el mecanismo de la cerril polémica pasional,
fomenta el alejamiento y la discordia entre los amantes de un mismo deporte.
-
Socialmente,
es poco solidario porque una gran parte de su financiación proviene
directamente de los subsidios públicos, exenciones de impuestos y tipos reducidos, provenientes de Gobiernos y Ayuntamientos, e indirectamente, de aportaciones públicas
adicionales, por la vía de los derechos de retransmisiones de TV en canales
públicos.
-
En
cuanto a igualdad de oportunidades, es poco razonable porque solo 2 clubes
disponen de tanto dinero como la suma de sus otros 18 rivales juntos, los cuales son tan necesarios
para competir como aquellos dos bienaventurados clubes.
-
Económicamente
es poco eficaz, porque un país como España no se puede permitir una primera
división que cuesta 1.800 millones de € anuales (la más cara de Europa),
importadora de jugadores (la mitad de los 500 jugadores de primera división son
extranjeros), con deudas acumuladas de 3.600 millones de € (los ingresos totales
de dos años), de las cuales a Hacienda corresponden 750 millones y de los 2.850
millones restantes una gran parte a bancos y cajas de ahorros que en este
momento no dan créditos a pequeños empresarios. Con 1.800 millones de €
anuales, Médicos Sin Fronteras podría asistir con kits de emergencia a 900
millones de personas desnutridas cada año (113 personas por cada 200 €).
-
Como
estrategia de futuro es poco creíble, un campeonato mundial ganado y dos de
Europa, no han potenciado la marca España lo suficiente como para aumentar el
PIB de España en el 4%, según manifestación de algún acérrimo defensor de este modelo
de futbol de elite.
Además, a
estas enormes deudas económicas, hay que añadir que la contabilidad de los
clubes es poco transparente y los principios de prudencia y de registro del
deterioro del valor para la valoración de sus activos, son una autentica
filigrana financiera, y la medición de los riesgos incurridos, está más bien
ausente que presente.
No obstante
algunos datos económicos se filtran en los medios.
A
continuación utilizaré algunos de dichos datos económicos que si son
suficientemente aproximados para sostener la realidad de los argumentos de mi
discurso, me sentiré libre de entrar en cualquier polémica sobre la precisión
de los mismos.
Los clubes
de primera división tienen unos ingresos totales que en promedio provienen: 40%
de retransmisiones de TV, 35% de merchandising y 25% de taquillas.
Por parte
de los gastos tienen: 60% de retribuciones a futbolistas y 40% todos los demás
gastos de club.
La fuente
de ingresos más importante son por tanto las retransmisiones de TV.
En España
los derechos de retransmisión, es decir las tarifas a cobrar por los clubes,
las tienen firmadas con MEDIAPRO o alguna otra empresa similar.
MEDIAPRO y
similares, venderán luego esos derechos, a un precio igual o superior al
contratado, a sus clientes, que son las TV abiertas (públicas o privadas) o TV temáticas
(Gol, Digital +, Marca, etc.).
En los
últimos 10 años estos contratos han crecido espectacularmente. Sin hablar de
las híper fantásticas tarifas anuales de los megacraks y los internacionales, que
sobrepasan por encima de 300 veces el salario medio de España (21.000 €/año),
un futbolista de primera división tiene un salario mínimo de convenio de 100.000 € anuales, 11 veces el salario
mínimo interprofesional (9.000 €/año). Algún día será interesante debatir sobre
el salario máximo de futbolistas y de no futbolistas, aunque esa es otra
cuestión.
¿Qué va a
pasar con los ingresos esperados del futbol de élite?
Las TV
nacional o autonómicas han visto disminuidas las subvenciones de sus
respectivos gobiernos debido a los recortes fiscales, y comprarán por tanto
menos partidos al mismo precio o los mismos partidos pero más baratos. O
sacrificarán otros programas de entretenimiento o culturales, si le quieren dar
al futbol el dinero que éste espera.
Las TV
abiertas privadas están reajustando sus compras porque sus ingresos por
publicidad se resienten a la baja, ya que sus anunciantes venden menos y tienen
presupuestos de publicidad más cortos, con lo cual las TV privadas están
decidiendo retransmitir futbol más barato o renunciar al mismo. O ¿alargarían
el descanso del medio tiempo para meter más anunciantes?
Las TV
temáticas de pago están en situación económica desequilibrada pues la crisis
les ha originado una gran pérdida de abonados y tienen difíciles opciones de sustitución.
Con todo
ello está claro que el globo de la burbuja futbolera está muy cerca del alfiler
que la haga estallar si, por ejemplo, los contratos por derechos de transmisión
no se pueden abonar íntegramente.
El Lehman
Brothers correspondiente podría ser MEDIAPRO o similares y las fichas en fila del dominó, los clubes
que han preparado sus plantillas con la previsión de ingresos de los contratos
de MEDIAPRO.
Cuando
estalle esta burbuja habrá diferentes salidas.
A mí se me
ocurren las cuatro siguientes:
a) Que el Gobierno, que ya está muy
ocupado con los problemas de la crisis y el paro, acuda a rescatar a MEDIAPRO y a los clubes. Si
lo hace, ya nos enteraremos a toro pasado, según es costumbre en la política
española.
b) Que los futbolistas modifiquen a la
baja sus contratos bajándose el sueldo, como lo están haciendo tantos funcionarios
y trabajadores de empresas y cooperativas. Si así lo hicieran, sería un ejemplo
real de solidaridad.
c) Que los futbolistas que vean
incumplidos sus contratos por parte de los clubes y se vean libres de fichar
por clubes extranjeros, que se vayan. Esto nos haría exportadores de
futbolistas con el beneficio subsiguiente en la Balanza de Pagos.
d) Que lo que desciendan los ingresos
por retransmisiones de TV, lo compensen
los clubes vía subida de precios de taquilla y merchandising. Esto lo agradecerían
mucho los contribuyentes que no les gusta el futbol.
En este
escenario, con la crisis y el paro que tenemos, ¿haremos todos los sacrificios necesarios
para salvar incólume a nuestro futbol de élite cuando estalle la burbuja
futbolera?
Yo desde
luego, a ese carro no me subo.